Día Mundial de la Seguridad de los pacientes
Cada 17 de septiembre celebramos el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, que pone el foco en la relevancia de implementar medidas que garanticen la seguridad del paciente en todos los ámbitos de la atención sanitaria, especialmente en el quirófano. La seguridad en el entorno quirúrgico busca prevenir errores graves que pueden derivar en complicaciones y costos elevados para los pacientes y el sistema de salud.
Uno de los aspectos clave de la seguridad quirúrgica es el control de la normotermia, es decir, mantener la temperatura corporal dentro de rangos seguros durante y después de la cirugía. La hipotermia no intencionada, causada por la baja temperatura del quirófano o la exposición prolongada durante la cirugía, es uno de los eventos adversos más comunes. Esta condición, frecuente en cirugías abdominales y en pacientes de edad avanzada o con enfermedades cardiovasculares, puede tener consecuencias graves si no se maneja adecuadamente.
La normotermia salva vidas
El colchón y la manta térmica Hot Dog están diseñadas específicamente para mantener una temperatura corporal adecuada. Este sistema, al no utilizar aire forzado, evita la contaminación del aire en el campo estéril, un problema que se ha asociado con la transmisión de patógenos en estudios recientes. Además, la tecnología ThermaSure de Hot Dog proporciona un calentamiento más rápido y eficiente, ayudando a prevenir la hipotermia perioperatoria.
Hot Dog calienta significativamente más rápido que el aire forzado
Otro avance significativo es el sistema Temple Touch Pro (TTP™), un dispositivo no invasivo que monitoriza la temperatura central del paciente en tiempo real, permitiendo una vigilancia continua y precisa. Este tipo de tecnología es crucial en el entorno quirúrgico para asegurar que el paciente se mantenga dentro de los rangos seguros de temperatura, reduciendo así el riesgo de complicaciones postoperatorias.
Una nueva solución que aborda las crecientes necesidades y desafíos del personal sanitario.
La implementación de estos dispositivos no solo mejora la seguridad del paciente, sino que también optimiza los procesos quirúrgicos y reduce los costos relacionados con complicaciones derivadas de fallos en la regulación de la temperatura corporal.
La concienciación sobre estos avances, y la adopción de protocolos estrictos en quirófano, son pasos fundamentales para garantizar que los pacientes reciban atención segura y de calidad.